Cáscaras
Claudio Rodriguez
I
El nombre de las cosas, que est mentira
que cubre el cuerpo amado
para que no muramos por la calle
ante él, las cuatro copas
que nos alegran al entrar en esos
edificios donde hay sangre y hay llanto,
el precinto y los cascos,
la cautela del sobre, que protege
traición o amor, dinero o trampa,
la inmensa cicatriz que oculta la honda herida,
Los sindicatos, las cooperativas,
los montepios, los concursos;
de la costumbre, que nos tapa el ojo
la vana golosina de un día y otro día
para que el diente no busque la pulpa
darán la contraseña que conduce
a la terrible munición, a la verdad que mata.
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II
Entre la empresa, el empresario, entre
entre un error prometedor y otra
de la palabra, que termina en burla
de la contempiacion libre o, al menos,
de la honda tristeza, del dolor verdadero?
los cuarteles, los foros y los claustros,
diplomas y patentes, halos, galas,
la de la libertad, mientras se dobla
¿ han de dar vida a tanta
juventud macerada, tanta fe corrompida?
todas las cartas, todos los retratos,
los pajeres del tiempo, la avena de la infancia.
es el de la renuncia. Quién pudiera
modelar con la lluvia esta de junio
muerde aunque nunca llegues
hasta la celda donde cuaja el fruto.
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